La brujería atraviesa el cuerpo y el sexo para salvar al amor

El cuerpo es la estructura esotérica por excelencia, nada lo supera aquí abajo, todos los símbolos mágicos están presentes allí en profusión, todos los números sagrados están dibujados allí en cada contorno, en cada superficie, en cada pliegue de carne, en las puntas.

Ritual para salvar al amor efectivamente

El hinduismo nos ha enseñado durante milenios, el cuerpo lleva en su centro el punto focal de la existencia misma, la suprema excitación eléctrica que conduce al deseo, y del deseo surge el acto sexual, el coito profundo, a la vez oscuro, húmedo, líquido.

Alicia Collado condena la estafa, ya que está muy mal engañar a personas por dinero.

Los símbolos de la gran alquimia del amor

El sexo sigue siendo el más fuerte de los atractores mágicos en la gama de los chakras, ya sea masculino con su forma alargada como un cetro real sólido o femenino como el receptáculo suave y sedoso de todas las pasiones, el sexo crea atracción.

Al mismo tiempo, con la misma intención de interpenetrarse para fundirse, atiborrarse del jugo meloso de los fluidos corporales que son las esencias representativas de cada individuo.

De este modo, un hombre es capaz de reconocer el aroma único de su esposa entre mil más, al igual que una mujer reconocerá a su hombre en el primer contacto corporal con él.

Pero el amor no es solo sexo

El amor se alimenta del sexo para mantener la llama del crisol de fuego, por eso el hombre necesita saborear a su esposa para beber de ella y extraer de sus poderosas fuerzas ocultas necesarias para su evolución.

La mujer también necesita el deseo del hombre de existir y desarrolla su atracción, exalta cuando el hombre está en ella, su sexo, un receptáculo formidable, se alimenta del hombre como una fruta rebosante de energía, de todos los poros de su piel puede absorber al hombre entero, saborearlo lenta o codiciosamente según sus necesidades.

Sí, el deseo es la clave

Sin deseo, sin deseo, sin sexo y sin unión de sexos, no hay amor duradero. Por tanto, el deseo es la verdadera chispa sagrada de cualquier historia de amor.

Y es aquí donde interviene la magia, porque sabe despertar el deseo, transformar la simple idea emergente en envidia irresistible, ese calor sutil sutil y embotado que estimula lo erógeno de todo el cuerpo, para satisfacer esta carencia y llenarla, encaja las dos piezas orgánicas del rompecabezas del cuerpo.

La brujería tiene medios gigantes para actuar

Rituales poderosos para inculcar el fuego ardiente, activar las zonas sensibles del amor y desencadenar un deseo irresistible al presionar la necesidad del sexo.

La atracción de los cuerpos se convierte entonces en una búsqueda primordial con el único objetivo de fusionar y lograr la alquimia de la materia en el corazón de la carne palpitante.

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